sábado, 21 de agosto de 2010

Características del MMH de Eduardo Menéndez

Comencemos por esbozar una definición de MMH según Menéndez:

“Por MMH entiendo el conjunto de prácticas, saberes y teorías generados por el desarrollo de lo que se conoce como medicina científica, el cual desde fines del siglo XVIII ha ido logrando establecer como subalternas al conjunto de prácticas, saberes e ideologías teóricas hasta entonces dominantes en los conjuntos sociales, hasta lograr identificarse como la única forma de atender la enfermedad legitimada tanto por criterios científicos, como por el Estado”[1].

Según Menéndez, los principales rasgos estructurales del Modelo Médico Hegemónico son: biologicismo, individualismo, ahistoricidad, asociabilidad, mercantilismo, eficacia pragmática, asimetría, autoritarismo, participación pasiva y subordinada del paciente, exclusión del conocimiento del consumidor, legitimación jurídica e identificación con la racionalidad científica.

En palabras del mismo autor, el biologicismo es el rasgo estructural dominante y es “el factor que garantiza no sólo la cientificidad del modelo, sino la diferenciación y jerarquización respecto de otros factores explicativos”[2].

Es a través de este rasgo que la enfermedad es ponderada como casual, sin siquiera prestarle atención a otros rasgos como el social, etc. Es así que en la práctica médica, la enfermedad es un hecho natural, biológico y no un hecho social, histórico. De esta manera se manifiesta la ahistoricidad del MMH. Es decir que la enfermedad no posee historia.

El biologicismo y la ahistoricidad generan otro rasgo importante, la asociabilidad. En este sentido, la práctica médica puede discutir sobre el componente social en la enfermedad pero no lo incorporado a su real aprendizaje y práctica profesional. Un ejemplo de lo que acabamos de decir lo demuestra el hecho que haya tanta automedicación entre la población y esto es negado o ignorado por parte de los médicos.

Según Menéndez, en los países capitalistas el sector salud es la segunda área de mayor creación de puestos de trabajo. Esto demuestra a grandes voces la mercantilización que es la “salud”. Detrás de cada enfermedad se encuentran grandes laboratorios y jugosos dividendos. El hecho de “sanar una herida” no se trata de simple altruismo, se trata de un negocio.

La eficacia pragmática, por otro lado, es la tendencia a la mera práctica curativa basada en la eliminación de los síntomas sin atender otras cuestiones que están realacionadas con la misma enfermedad (un ejemplo claro es una enfermedad psicosomática, el médico ayudará a paliar con los síntomas pero la enfermedad seguirá estando y a él seguirá no importándole).

Los rasgos de asimetría y participación subordinada de los pacientes están relacionados con la atención y la relación médico- paciente. El médico y el paciente se saben distintos, se reconocen en planos diferentes, se ubican en niveles contrapuestos: uno es el que sabe, el que indica qué es lo que el otro debe hacer para “curarse” y el otro escucha y acepta la “santa palabra”. De la misma manera, el médico, se ignoran los saberes del paciente y al mismo le da vergüenza discutirle con sus argumentos al “doctor”[3].



[1] Eduardo Menéndez, “Modelo Médico Hegemónico y Atención Primaria”, [texto en línea] Segundas jornadas de Atención Primaria de la Salud, Buenos Aires 1988 [fecha de consulta: 10 de noviembre de 2010], disponible en: http://hvn21.netfirms.com/indice/sevicios/biblio/Salud%20Publica/Salud%20P%FAblica%20II/Men%E9ndez%20-%20Modelo%20M%E9dico%20Hegem%F3nico%20y%20APS.pdf

[2] Idem.

[3] Véase infra, el punto está más detallado en la pregunta subsiguiente.